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  • Watch Online / Un yugo de oro (1916)



    Desc: Un yugo de oro: Dirigida por Lloyd B. Carleton. Con Emory Johnson, Alfred Allen, Richard Morris, Harold Skinner. En los días del 49, algunos miembros de la aristocracia de la vieja California se las ingeniaron para reunir más de lo que les correspondía del precioso metal amarillo que abundaba. Había entre la población a quienes les molestaba esta situación. Luis López fue uno de ellos. Dolido bajo el yugo de la aristocracia, López decidió defender la causa del pueblo. En consecuencia, se dispuso a conseguir la ayuda de otros y eligió a José García como aliado. José finalmente accedió a emprender una campaña contra don Ortega y don Mendoza. José partió hacia la casa de Don Ortega, a quien se acordó robar. López eligió a don Mendoza como presa. López y José acordaron que el oro que esperaban ganar se dedicaría a la elevación de los oprimidos. El destino de José estaba al otro lado del desierto. Al detenerse para saciar su sed, se horrorizó al descubrir que había perdido su cantimplora. En cambio, encontró un crucifijo que su sacerdote había escondido en su albarda. Lo arrancó, lo arrojó con ira a la arena y siguió adelante. El señor Arrelanes, otro aristócrata, y su hija Carmen viajaban en la misma dirección, con la intención de visitar a su primo, don Ortega. Encontraron el crucifijo y luego se encontraron con José, exhausto. Lo llevaron a la casa de Don Ortega, donde Carmen lo cuidó hasta que recuperó la salud. López llegó a casa de don Mendoza y pidió alojamiento. Por la noche se deslizó hasta la sala de estar y robó las bolsas de oro que sus anfitriones habían depositado en un cofre. Sorprendido por la esposa de Mendoza, López se abalanzó sobre ella. Mendoza acudió al rescate y expulsó a López. José había sido víctima voluntaria de Carmen y se prometió a sí mismo que no sería culpable de robar a quienes se habían hecho amigos de él. Partió de regreso a Santa Bárbara para encontrarse con López. López amenazó con que él mismo se quedaría con el dinero. Durante la noche, José robó el oro de Mendoza que estaba debajo de la almohada de López y se apresuró a advertir a Ortega. Al descubrir la ausencia de José, López rápidamente lo persiguió y prometió matar al traidor José. José llegó a tiempo de avisar a Ortega para que al llegar López cayera en la trampa que le tendieron. Carmen finalmente convenció a López para que abandonara sus malos caminos. Y así, cuando Carmen cedió a las súplicas de su impetuoso amante, José, López se acercó para compartir su felicidad y luego regresó a Santa Bárbara, para pasar allí el resto de sus días con los amables sacerdotes de la Misión..